El uso del flúor para prevenir la caries es un tema controvertido. Hoy hablaremos de sus riesgos si se consume en grandes dosis o en pequeñas dosis a largo plazo en caso de los niños.
La toxicidad aguda puede aparecer en caso de una toma masiva del producto y puede llegar a provocar incluso la muerte. La dosis tóxica probable se sitúa aproximadamente en 5 mg de ion flúor ingeridos por kg de peso. Para minimizar los riesgos se recomienda tener los compuestos fluorados lejos de alcance de niños. En caso de intoxicación se debe remitir rápidamente a un centro hospitalario para realizar un lavado de estómago. Hasta alcanzar el hospital, se recomienda ingerir leche u otro producto rico en calcio.
La toxicidad crónica del adulto se produce por ingesta de cantidades excesivas durante un período prolongado de tiempo, como en personas consumidoras de agua hipermineralizada con una importante concentración de flúor durante largos períodos de tiempo.
El efecto secundario más habitual es la fluorosis dental. En los casos leves, se observa una disminución de la calcificación de los dientes que provoca un moteado del esmalte de un color blanco tiza. En los casos más graves pueden aparecer defectos de la estructura dental y una mayor fragilidad. La fluorosis dental se produce únicamente durante la formación del esmalte dental, por eso se recomienda extremar las precauciones en el uso de productos con flúor hasta superados los 5 años.
Va en aumento el uso de compuestos fluorados que provienen de diferentes fuentes: pasta dentrífica, enjuagues, agua, sal, comprimidos, leche, etc, Esto puede conllevar un aumento indeseable de fluorosis dental. En España en el año 2005 un 14% de los escolares presentaba alguna lesión de fluorosis y en el 2010 aumentó a un 19%. Sólo el 60% de los cuidadores saben que hay que colocar únicamente pasta dentífrica del tamaño de un guisante sobre el cepillo.
En los años 50 del siglo pasado se desarrollaron los suplementos fluorados diseñados para ser ingeridos: gotas, comprimidos y tabletas de flúor. Con el objetivo de obtener beneficios preventivos han sido utilizados indiscriminadamente en niños y adolescentes, sin necesidad de prescripción y con diferentes sabores. Las pautas médicas sobre su uso han ido disminuyendo tanto en la cantidad administrada como en los casos indicados para su uso diario. Su efecto preventivo sería similar al cepillado dental pero con una mayor absorción sistémica del flúor por ingerir todo el compuesto y además sin remover la placa bacteriana o sarro. Todo esto conlleva a un mayor riesgo de fluorosis en los primeros años de vida pero sin ningún efecto preventivo adicional, por lo que en general no es recomendable el uso de complementos fluorados en niños y niñas.
Como decimos, es un tema controvertido. Es decisión de cada cual el uso de pastas fluoradas, pero consideramos que, al menos, la información debe estar al alcance de todos.
Ahora y siempre, tú decides.
Datos obtenidos de la revista RCOE, vol. 19, Nº3; Septiembre 2014